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Por Jorge Fernández

Contrario a lo que ocurre en otras partes del mundo, en China la actividad económica durante el primer semestre ha atestiguado estabilidad, pese a las turbulencias externas e internas.

La economía mundial ha estado avanzando con pasos tambaleantes, y en medio de ese bamboleo, las decisiones, desesperadas algunas, revelan que las cosas no andan bien. Vivimos en un entorno complejo, con regresiones e involuciones, ataques a la globalización, y preferencias por el unilateralismo y el proteccionismo. Contrario a lo que ocurre en otras partes del mundo, en China la actividad económica durante el primer semestre ha atestiguado estabilidad, pese a las turbulencias externas e internas. De todo esto, la mejora sustancial de la calidad por encima de la cantidad merece una mención destacada.

Ya con datos oficiales sobre el desempe?o de China en el primer semestre, la economía comenzó y marchó bien, pese a algunas fluctuaciones que no irrumpieron en su tendencia general de crecimiento. Es decir, el ritmo de crecimiento para el segundo semestre fue de 4,7 por ciento interanual, cifra que resultó ligeramente más lenta comparada con el 5,0 por ciento registrado en el primer semestre. Pese a este revés inesperado, atribuido al clima extremo y a las inundaciones que han aquejado a regiones del país, la economía mantiene su estabilidad y tendencia al desarrollo, en donde la calidad permanece inalterada.

Los datos que presentan las instituciones oficiales para el primer semestre son reveladores y muestran un panorama alentador, e incluso candente para sectores clave. Dimensiones múltiples, a saber, las ganancias empresariales, el mercado de divisas, los servicios de comercio exterior, el transporte, el turismo y la tecnología de la información confirman que la economía muestra una tendencia de cantidad supervisada y de calidad mejorada. La vitalidad de la economía de China no ha disminuido, y el futuro desarrollo avanza sobre una plataforma sólida y una base firme.

El sector de servicios y consumo son excelentes referentes para evaluar el desempe?o, toda vez que en China han contribuido sustancialmente a la generación de empleo y al consumo. Aquí, el valor a?adido de los servicios fue del 56,7 por ciento del PIB en el primer semestre. Mientras que el gasto en consumo final contribuyó a un 60,5 por ciento del crecimiento económico. El decoroso desempe?o de estas variables va de la mano de la fortaleza en el gasto de particulares y de familias, así como de un consabido crecimiento de calidad, indisoluble al consumo interno. Los chinos auparon los índices del sector servicios y consumo gracias a la confianza que hay en el desempe?o del país en su conjunto.